GeGo

La obra de Gego tiende puentes con la creación contemporánea
07:59 am 17-Jul de 2012|Carmen Victoria Méndez
Una colectiva conecta las redes de la artista con los lenguajes de sus herederos conceptuales
Emilio Narciso participa con la pieza Ritmos de luz, hecha con bolsas plásticas
Emilio Narciso participa con la pieza Ritmos de luz, hecha con bolsas plásticas | El Nacional
Gertrud Goldschmidt tenía pasión por las redes, las conexiones, los enlaces. No es de extrañar que la muestra que le dedica el Museo de Arte Contemporáneo por el centenario de su nacimiento tenga como concepto curatorial el tender puentes con otros artistas, muchos de los cuales se habían mantenido alejados de sus salas por razones diversas.

Gego. Obra abierta: testimonios y vigencia establece un diálogo entre el legado de la llamada "gran tejedora" y creadores venezolanos de varias generaciones. La muestra abarca cuatro salas y presenta una lectura cruzada de las obras. Para ello se prescindió de rótulos que separen los chorros y las reticuláreas de las piezas de Luis Arroyo, Alessandro Balteo Yazbek, Nadia Benatar, Sigfredo Chacón, Elías Crespín y Eugenio Espinoza, entre otros.

Indira Aguilera, curadora de la exposición junto con Fabiola Arroyo Poleo
, asegura que el museo decidió apostar por una colectiva para conmemorar el centenario de Gego para diferenciarse de las propuestas que presentan actualmente otras instituciones como Colección Mercantil y la Sala Mendoza.

"¿Qué más podíamos decir en una individual de una artista que ha tenido excelentes retrospectivas en los últimos años? Como investigadores del arte contemporáneo preferimos explorar la idea de la herencia. Gego fue una maestra que dejó una escuela conceptual, una manera de apropiarse del espacio", dice la especialista.

Heredar no significa arrastrar la carga del pasado o copiar, sino transformar. El recorrido empieza precisamente con una obra de Elías Crespín, el nieto de Gego, que exhibe la segunda pieza que creó en su vida.

Se trata de una obra en movimiento que contiene las nociones espaciales de su abuela. De acuerdo con Aguilera, Crespín es el ejemplo perfecto del heredero que trasciende lo que se le ha legado, que no se conforma con imitar. Su trabajo se basa en un programa de computadora que hace que las varillas que integran la escultura se muevan.

Yucef Merhi, pionero del arte digital, también echa mano de la computadora para presentar la pieza Versos versus Versos, en la que juega con los vínculos de Gego con la palabra escrita y la matemática.

Varios creadores retomaron la retícula, entre ellos Magdalena Fernández, que presenta una videoinstalación en la que arma una trama con puntos luminosos. Dulce Gómez lo hace con clavos de cristal, a partir de la luz que los traspasa y proyecta sombras en la pared. Franklin Sánchez recrea la cuadrícula sobre vidrio en la pieza Tramaturas.

Emilio Narciso aborda la inmaterialidad del objeto escultórico en el paisaje tridimensional Ritmos de luz, que hizo con bolsas plásticas. Ramsés Larzábal, Pepe López Aureliano Parra, Alfredo Ramírez, Rafael Reverón-Poján, Eric Schröder Vivas y Ani Villanueva participan en la muestra con obras que son un guiño a las redes y las mallas.